Las empresas automotrices se enfrentan a cinco desafíos novedosos: la evolución de las demandas de los usuarios, los nuevos modelos de negocio (viaje compartido y movilidad como servicio), el marketing digital 2C, las innovaciones de súper aplicaciones y la fabricación basada en software. Como resultado, su objetivo es establecer una plataforma digital para nuevos servicios que mejore su enfoque hacia el futuro.

Para el 2025, se estima que la tasa de penetración de vehículos conectados en China supere el 62 %, con un 49 % para L2 o superior a la conducción autónoma. El rápido crecimiento de los vehículos inteligentes genera un fuerte aumento en el volumen de datos, por lo que estos datos son aún más valiosos. Al igual que los teléfonos inteligentes, los vehículos se vuelven más inteligentes para ofrecer una experiencia más atractiva. Sin embargo, a diferencia de los teléfonos inteligentes, las aplicaciones de datos de vehículos son solo un 14 % más rentables a pesar de generar mil veces más datos.

A medida que los vehículos se conectan cada vez más, toda la cadena de la industria automotriz se vuelve digital. McKinsey destaca los desafíos a los que se enfrentan los proveedores de componentes en su proceso de transformación digital, incluida la necesidad de reducir costos y mejorar la eficiencia, manejar una cadena de suministro inestable, modernizar su modelo de I+D y acelerar el desarrollo de negocios globales. Los sectores de ecosistemas transformados digitalmente están formando alianzas tanto en innovación como en actualización de la industria.